Lo que necesitáis es sombra de ojos de un color que os guste y que ya no utilicéis porque os queden solo restos, esmalte transparente (yo he utlizado uno que ya tenía el frasco a la mitad) y un folio.
Solo tienes que cortar un folio por la mitad.
Pones en medio del folio la sombra de ojos.
Abres el frasco del esmalte transparente y doblando el folio por la mitad vas echando la sombra de ojos en el frasco.
Tienes que echar bastante cantidad, sino el esmalte quedará más transparente. Si eso es lo que te interesa perfecto, pero si no es así, es mejor echar de más.
Movemos el frasco un minuto para que se mezcle bien y ya lo tenemos.
¿Super fácil verdad?
Yo no soy una experta en pintarme las uñas, así que no han quedado muy bien.
Pero sí me gusta pintármelas porque la verdad es que me hace sentir bien. Y esta es una buena forma de ahorrarme un poco de pasta en esmaltes y, si no encuentro un color determinado, utilizar el que yo quiero.
¡Besotes!
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